A veces quiero mandar todo a la porra, pero al mirar hacia la porra me doy cuenta que ya todo está ahí… entonces al ver que todo está ahí, me pregunto si es por eso que andará todo mal, ¿será posible que acumule tanto que ya no me aguanto?.

¿Y si en vez de jugar a las escobitas tratando de limpiar un poco, dejó el desorden ahí y empiezo de nuevo? … Claro ¿a quién engañamos?... si terminará todo junto al depósito viejo.
El inicio de todo siempre fue el fin, me la creo con todo y con todos, aunque no quiero profundizar en eso ya que es basura vieja y ese olor petrificó mi olfato.
También hay trozos de tela vieja, que en una noche de pasión se nos olvidó el costo de la vida, y quedó junto al lodo que se hizo de la tierra que pisaste y la baba que dejé atrás, y mis lágrimas traicioneras, que por más que les supliqué no salir en tu cara y salir a tu espalda me la jugó al revés.
Y a todo esto quiero contarte que no estoy tan jodida… siempre se compran el que quiero una vida eterna desde la tercera salida, y eso no lo vendo ni está en vitrina, si alguien conoce el teléfono del distribuidor, pásemelo para tirarlo a la porra junto al “necesito mi espacio” que siempre vomitan.
Creo que todo empezó con mi pie izquierdo, o al menos eso dicen las supersticiones que aún no entiendo, ¿cómo pueden creen en eso?, como dijo una amiga, “que tan buena suerte puede ser una pata de conejo, si al pobre le tuvieron que quitar las cuatro”.
En fin, hoy no me haré caso, sólo fue un mal día… me ignoraré como ignoré el pelo que me salió en la comida.

¿Y si en vez de jugar a las escobitas tratando de limpiar un poco, dejó el desorden ahí y empiezo de nuevo? … Claro ¿a quién engañamos?... si terminará todo junto al depósito viejo.
El inicio de todo siempre fue el fin, me la creo con todo y con todos, aunque no quiero profundizar en eso ya que es basura vieja y ese olor petrificó mi olfato.
También hay trozos de tela vieja, que en una noche de pasión se nos olvidó el costo de la vida, y quedó junto al lodo que se hizo de la tierra que pisaste y la baba que dejé atrás, y mis lágrimas traicioneras, que por más que les supliqué no salir en tu cara y salir a tu espalda me la jugó al revés.
Y a todo esto quiero contarte que no estoy tan jodida… siempre se compran el que quiero una vida eterna desde la tercera salida, y eso no lo vendo ni está en vitrina, si alguien conoce el teléfono del distribuidor, pásemelo para tirarlo a la porra junto al “necesito mi espacio” que siempre vomitan.
Creo que todo empezó con mi pie izquierdo, o al menos eso dicen las supersticiones que aún no entiendo, ¿cómo pueden creen en eso?, como dijo una amiga, “que tan buena suerte puede ser una pata de conejo, si al pobre le tuvieron que quitar las cuatro”.
En fin, hoy no me haré caso, sólo fue un mal día… me ignoraré como ignoré el pelo que me salió en la comida.
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