miércoles, 27 de enero de 2010

Metamorfosis


En ocasiones siento que tengo que llevar las riendas de mis ojos, para que no se descarrilen y por un instante eterno volver atrás estrellándome en su mirada.
..............En ocasiones siento que tengo que llevar las riendas de mis ojos, para
..............que mis pupilas no ardan con el calor de tu cuerpo.


Deseo salir corriendo con mis zapatos de azúcar… la lejanía es sólo un concepto, y sentada en mi banco de alambre noto que la distancia es mala compañía.
..............Deseo salir corriendo con mis zapatos de azúcar al valle donde
..............hechizaste mi anatomía y desvestiste la locura que ansiaba tu piel.

En ocasiones me siento con un anzuelo entre los labios, y una lágrima que no encontró salida… me siento un pez mal pescado, que un día conoció el mar y hoy se hospeda en un acuario.
..............En ocasiones me siento con un anzuelo entre los labios… en un sillón
..............cómodo y con el Sr. Anzuelo


No distingo entre las convulsiones o los aleteos de mariposas que parasitan en el estómago de mi cerebro, en donde tengo que digerir algunas malas decisiones.
..............No distingo entre las convulsiones o los aleteos de mariposas
..............cuando se agitan embriagadas con el licor de tu cama

Me tapo los oídos con sonidos a mayores decibeles que los de mis pensamientos, para que la verdad no confunda mis hipótesis.
..............Me tapo los oídos con sonidos a mayores decibeles que los sonidos
..............del tiempo, para callar su paso y eternizar tu abrazo.


Y reír en acordeón es una utopía cuando esa maraña de pensamientos se aliada con el auto-sabotaje que aún desea sentir la sangre fría.
..............Y reír en acordeón, sublima el dulce de esa lágrima que siempre la
..............acompaña.


jueves, 14 de enero de 2010

Vida Ajena


A veces te leo con la esperanza de encontrarme deambulando con mi vestido rojo entre el blanco y negro de tu memoria, esa noche en que tus versos besaron la tinta. Ser esa protagonista en la historia poeta que reviven tus letras, y vivir la vida ajena de la dama que hurtó el alma de ese trovador.

Perderme entre la historia foránea que despierta mi mundo al caer en el agujero de la distracción, y refugiarme por un instante en el dolor de una vida ajena, ya que es más fácil llorar la partida de quien no existió.

Y así me sumerjo entre los escritos que leo, llevando el adiós de la certeza del último suspiro, alimentando la nostalgia propia con la ajena, creando una fusión de psiques.

Tu olor borró toda melancolía que inundaba mi espacio, pero siempre seré esa soñadora amante del amor y anfitriona de la soledad.
Aún metabolizo tristeza en las horas muertas, aunque sea por medio de la vida ajena que una vez sentí.

martes, 5 de enero de 2010

A veces


Un mundo de intentos y sólo minutos para absorberlos,
unos se me han quedado entre las uñas,
otros en la dura espinilla que se fusiona al sólido conveniente del primer mobiliario.

A veces nos hacemos adictos al amargo del primer beso, sabiendo que es el último,
y entregamos el nudo de confusiones como hielo de su whiskey.
A veces el otoño nos convence a amar a esa persona que está a años luz,
y lo vemos a un minuto de distancia por la lupa de una lágrima.

A veces nos encandilamos con un sol de invierno,
quemando las pupilas para no ver contextos.
A veces el odio de la distancia fría,
nos lleva a un barco prestado en la marea de un beso.

Y a veces, olvidamos cómo se nos trituró la vida,
y por el simple deseo de un refugio hallamos consuelo en la mentira.

No es que esté triste, es que a veces, pero sólo a veces…
necesito recordarlo, para no volar con alas prestadas
de un letrero de “no se fía”, de algún caballero que le guste revolotear.