los abrazos sin rimas y besos sin versos.
Han cesado tormentas
que revuelcan pensamientos en el cráneo,
pero aun así no hay calma,
para amarte, sobran razones en la escasez de la cordura.
Nuestros tiempos dejaron de colisionar contra
opuestos,
llenándose de excesos a mi favor.
Y nuestros cuerpos desnudos completando recuerdos,
encontrando cada pieza en la simetría de tu cuerpo.
Abrazarte sin
necesitar brazos…
Cada gota en mi espalda derriba tropas en posición de guerra.
Gotas que despide la piel, cuando tu cuerpo calienta las células
que aún quedaban sin asombro,
esas que luchan hasta el final para mantenerme cuerda.
Amarte sin agotar
fuerzas,
sin recapitular, sin tomar la punta de mi lápiz gastado,
sin mirar atrás.
Sabía que traerías de
vuelta las letras que yacían sin tinta,
liberando mi corazón de las trincheras,
para finalizar lo que sólo él sabe hacer,
y el latir plasme sobre tu lienzo el olor de mi piel.