lunes, 15 de junio de 2009

Acechada de pasado

Soñando con las palabras no dichas, camino en tierra de nadie, sintiendo los espasmos que dejaste a los estragos ya una vez indemnizados. Un camino conocido y olvidado en una amnesia selectiva. Haciendo de recuerdos, garabatos… Termina en un collage mal artesanado.

Soñando con canciones no cantadas y jamás escritas, con flores no polinizadas y árboles de primavera en estaciones infinitas. Me saco de la manga las horas y los días, y los tiempos los manipulo a escondidas.

Soñando con las alas congeladas y en un arnés desde la luna, vuelo por las nubes que bloquean el mañana y que contiene la partitura del hoy y el siempre de la llanura de ternura, que se oculta bajo el charco de una soledad absurda.

Soñando con embestir el pasado, vencerlo y dejarlo botado revive tu holograma estrellado con dos capas de escudo y una armadura de acabado, defendiendo como caballero sin caballo los recuerdos no arruinados por la ira sin justicia de mi mente al mando.

Soñando con despertar del macabro tiempo que vuelve y me revuelca con la furia de los mares. Despierto yo en la cuerda floja de un circo sin acróbatas y de juegos mortales.

viernes, 12 de junio de 2009

Pantalón de sastre

El agujero de mi pantalón de sastre se ha hecho más grande,
se me engordó la tristeza.

Te busco en los aromas diarios que pasan a mi lado, y en los que me imagino.
Te sueño entre la sombra de mis miedos, y en la sonrisa encandilante de mi anhelo.

Te imagino en cada espalda, y cuando nadie me ve, en cada espacio vacío.
Y entre más te piense más frío, porque tu sensación aún no calienta.
Tu aliento se perdió en un viento lejano.
Porque la cercanía la imagino con mis puños, para no tocar los años de ausencia.

En tus sueños bailo entre cristales de colores, y besas mis labios olvidando los que descansan en tu cama esta noche.
Porque sueñas mi aroma y vacilas con el tiempo perdido.

Y enamorada de tu sonrisa pintada en lienzo tejido,
imagino tus ojos tintados con brillo irrompible.
Seduce mi alma quebrando mi aliento, dejame volar en tu tiempo.

Cose el agujero de mi pantalón de sastre con abrazos prohibidos.
Prohibidos por ajenos, prohibidos por desconocidos, lejanos y prohibidos,
prohibidos y me duele.

El agujero de mi pantalón de sastre se ha hecho más grande...
se me engordó la tristeza, por la inconciencia de tu olvido.


viernes, 5 de junio de 2009

Sirena

Me quité el peso de mis piernas
que caminaban camino sin rumbo,
me fui nadando mar adentro, con el sol en mis manos
y por detrás el mundo.

Ahogando mis pulmones con sal
me recosté en los corales más profundos,
la luz de un sol lejano junto con un caracol
despertó mis deseos de entre mis sueños ilusos

Y así amanecí sin el peso de un mundo inmundo,
mientras mi aliento suspiraba burbujas,
en un derroche de estrellas iluminando lujurias
al sentir las olas masajeando comisuras.

Y jugueteando con mi cola en un salto hacia la superficie,
le regalé al viento caricias de arrecife.

Y oyendo al mundo por la concha,
lejos, frío y con costras.
Me quedo en este mundo que me acaricia
en cada movimiento de ola.

martes, 2 de junio de 2009

Hospital General de Angustia

Trabajo en la sala de emergencias de este hospital, todos los días atiendo casos lejanos a mi corazón, esos sólo tienden a inquietar.
Otros días atiendo quejas, una muy común es de un mosquito que vive en un país democrático y convive en una burbuja burocrática, ese pequeño animal molesto se alimenta de la poca esperanza en crisis… he llegado a sentir su picadura.
Un caso innumerable de picaduras de abejas XY, suero extinto hace generaciones atrás, y sin vacuna. Hay que aguantar el dolor hasta que pase el efecto, lo más recomendado es escuchar a los pacientes en su agonia.
Es un trabajo duro, me pagan con dureza pero me pagan muy bien, he podido llegar a ahorrar.
Hay personas con asma a los malos tratos, es algo inevitable en el ambiente y otras con defensas extra para tales casos, pero ellas llegan luego con casos graves de explosión interna
Todos caminan por los pasillos de este hospital, con un corazón herido, una lágrima quebrada, un pulmón presionado, o una esperanza envejecida.
Hay millones de casos en este hospital, cada ventana del alma tiene una historia que curar.
Me declaro también paciente. Pero como paciente salí de emergencias hace tiempo, ya no las tengo. Ahora tengo un cuarto reservado, me recuesto, me coloco la sonda y me pongo a dormir.