miércoles, 29 de julio de 2009

¿Donde estás?

Sola y confundida se queda la sombra viendo marchar su cuerpo.
-No te sigo al olvido. Le dice.
Y así luchó la sombra contra la oscuridad de la noche y el peso de las nubes.

Una noche, tropezó con un caballero buen mozo, la sombra desesperada buscando su sombra en un callejón solitario de una noche fría.

-El caballero no tiene sombra. Dice la sombra.

La sombra siguió al caballero cual fantasma por la ciudad, decidida a que saliese el sol. Se sienta a esperar.... cae una gota, dos, tres... ese día llovió.

La sombra le gritaba desolada al sol, -Sal de ahí maldición, que se me va la vida.
El sol conmovido se asomó, y la sombra en un brinco de emoción sale corriendo donde su caballero a apaciguar su emoción.
Sus ojos no podían creer lo que veían, su razón petrificaba su alegría.

-El caballero no tiene sombra. Dice la sombra.

Desolada le grita al sol que se marchase para nunca más volver.

Del otro lado de la realidad se encuentra el cuerpo en el olvido, y se topa con la sombra de un caballero buen mozo.
El cuerpo desesperado buscando su cuerpo entre las sombras de los edificios.

-Esta sombra no tiene caballero. Dice el cuerpo.

Llorando un cuerpo que no conoce, logra ver los rasgos faciales en su mente y se enamora de su sonrisa.
Se acuesta al lado de la sombra en un tejado en el olvido, perdiéndola cada vez que salen las estrellas, y con la esperanza en sus puños de que algún día vuelvan por ella.

-Esta sombra no tiene cuerpo. Dice mi cuerpo.

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