
Me atás a una silla con mecates de sueños, a veces siento donde soltás uno que otro nudo, no me gusta sentir la libertad de un nudo de sueños roto. No me sueltes que si me sueltas me liberás y el aire me llevará lejos.
Me acariciás y te entregás, me besás los deseos y halagás el ego, me arrancás la mugre que me tiene atada al suelo y limpiás la sal de los recuerdos.
Me pegás bofetadas de colores y me ahogás y sumergís en aguas de delirio, me maltratás imponiéndome alas inesperadas de seda.
Hacés estragos con mi cordura y trastornás la realidad. Si me atás prometo respirar entre espejismos, pero no me liberés que me liquidan en el paredón de la realidad.
Me acariciás y te entregás, me besás los deseos y halagás el ego, me arrancás la mugre que me tiene atada al suelo y limpiás la sal de los recuerdos.
Me pegás bofetadas de colores y me ahogás y sumergís en aguas de delirio, me maltratás imponiéndome alas inesperadas de seda.
Hacés estragos con mi cordura y trastornás la realidad. Si me atás prometo respirar entre espejismos, pero no me liberés que me liquidan en el paredón de la realidad.
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