sábado, 7 de noviembre de 2009

Érase una vez...

Letárgicamente se marchó, sin un adiós, sin permitir que el descuido la dejase dejar una camisa vieja impregnada de suspiros… y cuando sentí la lluvia en mis venas y el aviso sobre la tormenta que se aproximaba y a su paso arrasaba todo por dentro, sentí el hedor a soledad pura, porque aún estando sola, la tenía a ella, acompañando mi melancolía y regalándome poesía.
Y ahora sin siquiera un martinazo en mi cara, o una bofetada salada… me abandona… fui desterrada por la inspiración.

Y con tantas emociones como prisioneras en el calabozo de este castillo… una que otra es obligada a entretener al coraREYzón… sus mensajes de texto con léxicos bañados en folklor, es buen bufón.

Y como cuento de hadas, mis emociones esperan ser rescatadas por la princesa cromática que se fue sin decir adiós… y las saque del calabozo antes de que terminen de estrangular mis huesos y guillotinarse entre ellas.


2 comentarios:

Rodolfo Carrillo M. dijo...

No hay nada como refugiarse en los brazos de la inspiración ante esa tormenta de la soledad! Bella como siempre!

♦PªU♦ dijo...

Hola!!
Que te dire.. son bien calientes y acogedores!! jajajaja