miércoles, 9 de septiembre de 2009

En construcción...

Hoy como muchos otros días sentí la insaciable sensación de lejanía.
Traté de agarrar la distancia con mi puño, pero resbalaba entre crueles rendijas de vacío y miel.
Partida con guillotina en corte sagital, me divido completamente en dos, dos partes desiguales con el mismo peso queriendo huir en perpendicular. Mi delgado resto grita sin aire tu nombre, mientras que el mayor ya te olvidó... te olvidó en presencia, se fue consumiendo por la erosión del frío.

Sintiendo las horas aplastando el pequeño perímetro donde respiro, como camión de caterpillar aplastando chatarra. Se hace el espacio cada ves más pequeño, hasta que llega la asfixia a despertar el sentimiento de huida.
Si me entrego al deseo de desaparecer, debo hacerlo en tu ausencia, antes que tu voz con acento a carnaval y entonación a sol me noquee al punto de amnesia y cariño de una confusión infinita, donde me dices que todo esta bien y el eco no dura en los días largos de ausencia, donde me abrazas y no se si es sólo un recuerdo.

Cansada del adiós que tiembla mi garganta un día a la semana, como un día de más, transformando una semana larga en una eterna. Cansada de respirar el aire reciclado de mi caja de cartón en la que duermo ese día, cansada de los malos amores, agotada de alimentar tu ego con las palabras que dicta mi adentro... cansada del espacio en que no estás.
El teclado impone una orden de restricción a mis yemas por un tiempo, para no crear más otoños de lágrimas secas en el suelo. Me alejo del teclado buscando otra manera de catarsis, mientras mi corazón queda bajo construcción.

Por favor... visítenos luego.



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